Qué poderosas y firmes las palabras de Miqueas. La verdad que si todo eso que tuvo Miqueas lo tuviéramos nosotros no habría lugar para el maligno, porque el estar llenos del Espíritu Santo nos trae descanso, nos mantiene en santidad, con nuestros ojos puestos en Dios, nos hace permanecer justos, estar en paz con el Señor y con nuestros semejantes en la tierra. ¡El EspÍritu Santo nos lleva a hacer justicia y nos hace hablar con la verdad! ¡Nos mantiene sano el corazón de saber que no somos nosotros, sino que se trata de Dios y todo es por Dios! Ahora, ¿de qué estaba lleno Miqueas?
1. Lleno del poder de Dios.
Miqueas no estaba lleno del poder personal u orgullo por posición o asignación, sino del poder sobrenatural del Señor, y fue esto lo que le dio la autoridad para denunciar la rebelión de Israel (Miqueas 3:8 NTV).
2. Lleno del Espíritu Santo de Dios.
No estaba lleno de basura ni de demandas o problemas en la vida, porque cuando estamos llenos de todo eso, entonces nos atrapa el maligno fácilmente a fin de no progresar y atorarnos. Es por eso que debemos procurar vivir en santidad y permanecer llenos de Su presencia.
3. Lleno de justicia.
La justicia no solamente es lo que nos mantiene rectos delante del Señor, sino que también es lo que nos mantiene agradecidos con Dios y las personas.
4. Lleno de fuerza para pelear.
Si eres justo tienes todo el derecho de ponerte al frente de la batalla, y estarás fuerte, no vas a caer, pero si has sido injusto con alguien en el campo de batalla puedes salir herido.
¡Nada de lo que nosotros no practicamos podemos enseñarlo a otros o denunciarlo, eso sería falsedad! Muchas veces enseñamos conocimiento, pero no valores, enseñamos la Palabra y somos elocuentes en predicar, pero no lo vivimos. Por lo tanto, el mejor ejemplo de nuestra fe y conducta lo dicen o lo testifican los que tenemos en casa quienes en verdad saben quién realmente somos. Así que mantengámonos llenos de la presencia del Señor, así como lo estaba Miqueas, no importando nuestra asignación en la tierra.
Piénsalo:
¿Qué cosas en tu vida necesitas denunciar para poder vivir lleno del Espíritu de Dios?
¿Cómo puedes ser justo en este día? ¿A quién o por qué puedes agradecer hoy?