Destruye la serpiente de bronce

DESTRUYE LA SERPIENTE DE BRONCE

“Ezequías hizo lo que era agradable a los ojos del Señor… Hizo pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho, porque la gente de Israel seguía ofreciéndole sacrificios. La serpiente de bronce se llamaba Nehustán” (2 Kings 18:3-4 NTV).

¿Por qué Ezequías destruyó esa serpiente de bronce si Moisés la había usado en el pasado?

En algún tiempo esa serpiente fue un método que Moisés usó instruido por Dios para sanar algunas personas envenenadas por la mordida de una serpiente real (Números 21:8-9), pero ahora se había convertido en una tradición, en un amuleto que había reemplazado la fe en Dios, en un ídolo, en un artículo que no tenía ninguna eficacia. Esa serpiente fue un método de Dios en años pasados, pero en la actualidad ya no lo era.

Muchas veces los seres humanos se aferran a las tradiciones del pasado que ahora son ineficaces. Los métodos que trabajaron ayer no necesariamente seguirán siendo eficientes hoy. Por lo tanto, debes renovarte constantemente. Cuídate de no quedarte en el pasado por aferrarte a la religión, a la cultura de este mundo, o a las formas antiguas de hacer ciertas cosas, mejor renueva tu mente para que puedas seguir en el movimiento de Dios. Recuerda que el que no está en movimiento, se convierte en un monumento.

“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2 NVI).

Dios quiere avanzar y quiere correr contigo en la misión que te ha encargado, pero para poder hacer esto, primero necesitas renovar tu mentalidad todos los días para que puedas ver lo que Él está viendo para tu vida y para este mundo. Sigue descansando en sus promesas eternas en tus tiempos de oración y renueva tu mente diariamente.

“Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto” (Romanos 12:2 TLA).

Piénsalo:

¿Qué necesitas renovar en tu forma de pensar o de actuar?
¿Cuáles tradiciones o métodos del pasado necesitas soltar?